El mes pasado, cuando el Departamento del Tesoro [Ministerio de Hacienda] estadounidense permitió que Lehman Brothers quebrase, escribí que Henry Paulson, el secretario del Tesoro, estaba jugando a la ruleta rusa financiera. Sin duda, había una bala en la recámara: la quiebra de Lehman hizo que la crisis financiera mundial, ya grave de por sí, empeorase, mucho, mucho más.
Las consecuencias de la caída de Lehman quedaron de manifiesto en cuestión de días, pero los principales actores políticos han desperdiciado en buena medida las pasadas cuatro semanas. Ahora han llegado al momento de la verdad: más les vale hacer algo rápido -de hecho, más les vale anunciar un plan coordinado de rescate este fin de semana- o la economía mundial podría sufrir su peor recesión desde la Gran Depresión.
Para continuar a ler este artigo de Paul Krugman, professor de Economía en la Universidad de Princeton e novo Prémio Nobel da Economia, clicar aqui., El País.com, New York Times Service de 12 de Outubro p.p..
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